En mis clases no sólo volvemos a los orígenes de nuestra infancia, sino sabremos como prepararnos para afrontar un texto hablado... o como no aburrir en nuestras alocuciones. ¿Te has atrevido a leer un cuento a tu hijo antes de que coja el sueño? Te aseguro que vas a sentir verdadera satisfacción cuando te diga: “ahí va, si los lees como los de la tele”. Eso es lo que vamos a conseguir. No sólo te servirán estas clases para satisfacer a los pequeños, también cambiaran a mejor tus expectativas como ser humano, que se pasa el día comunicando. Siempre estamos compartiendo ideas... ¿Y por qué no expresarlas en su justo volumen y entonación? Dando firmeza a tu mensaje, gracias a los ejercicios de voz y respiración, tus palabras tendrán más fuerza y aplomo. Todo lo dirás en su justo volumen y, lo más importante, TONO. ¡Qué te parece si empezamos ya! |